Manifiesto
El siguiente es el manifiesto que escribí para los Artistas 360°, esos seres humanos incansables que se esfuerzan por aprovechar al máximo lo que la vida les ofrece y lo que ellos mismos tienen para ofrecer al mundo. Lo encontrarán en su ejemplar del Workbook del Artista 360°.
Mi nombre es _______________________, y soy un Artista 360°.
Construyo mi propio futuro a través de un diseño a conciencia, nunca conformándome con menos de lo que sé que soy capaz de lograr.
Soy el dueño de mis pensamientos, emociones, significado, y acciones en la vida. Elijo la historia que voy a vivir, y por eso nunca permito que creencias limitantes me minimicen, o me tomo las cosas personalmente ni dejo que aquello que no puedo controlar me controle.
Me impulsa una misión más grande que yo. Mi amor, pasión y compasión por la vida me proporcionan una motivación ilimitada y el impulso para dar, aportar valor y servir al bien común más allá del propio, porque sé que siempre nos elevamos cuando nos preocupamos por algo más que nosotros mismos.
Estoy comprometido con dominar cada área de mi vida a través de la constancia, la repetición y el equilibrio, profundizando en los aspectos fundamentales de mi arte, mi desarrollo personal y mi desarrollo profesional.
Todo lo que hago hoy es una inversión en mi futuro, por lo que baso mis hábitos en valores y principios claros que me dan la energía y la fuerza que necesito para lograr cualquier cosa, superar cualquier desafío y alcanzar la excelencia en todo lo que hago, bajo mis propios términos.
Intercambio la comodidad a corto plazo por la grandeza a largo plazo, pues soy paciente y planeo aprovechar al máximo todo lo que quiero lograr, pero también elijo traer la alegría a mi vida hoy, ahora mismo, nunca postergando mi felicidad para un evento futuro, porque sé que la felicidad es una elección y una forma de amor propio, y elijo vivir cada día plenamente.
Lidero con el ejemplo, honrando mi palabra y viviendo lo que enseño, pues las acciones hablan mucho más que las palabras y construyen la confianza, el carácter y la reputación que me enorgullece tener.
Me exijo dar lo mejor de mí y estoy constantemente elevando mis estándares, comparándome solo con lo mejor que puedo ser, desafiando los límites de lo que parece posible.
Soy un aprendiz permanente. Me pongo deliberadamente en situaciones que desafían mis conocimientos y mis suposiciones. Sé que, si quiero ser un maestro, necesito rodearme con los maestros y siempre seguir creciendo y aprendiendo de mí mismo y de los demás, siempre con humildad, curiosidad y gratitud.
Elijo vivir conscientemente, nunca dando un momento por sentado o haciendo suposiciones para así poder disfrutar el momento presente y convertir mis expectativas en apreciación, porque sé que siempre seré un ganador en la vida mientras esté presente y aprendiendo.
Analizo mi vida para poder ejercer control sobre mis acciones y reacciones, y guiarlas hacia el plan que tengo para el futuro en el que quiero vivir mientras disfruto y confío en el camino.
No me siento a esperar milagros; trabajo para hacer de mi vida un milagro a través de acciones masivas, imperfectas, consistentes y decididas sobre aquello que aprendo.
Sé que la vida no me sucede a mí, sino que sucede para mí, por lo que veo cada día como un nuevo comienzo y una oportunidad no para sobrevivir, sino para prosperar y disfrutar de cada oportunidad que se me presenta.
Me entrego por completo y me comprometo a hacer lo que sea necesario, cueste lo que cueste, durante el tiempo que sea necesario, para alcanzar mis sueños, pero chequeando regularmente conmigo mismo, porque sé que aquello que quiero hoy puede cambiar mañana, y yo abrazo el cambio.
Sigo mis instintos al conectar con mi cuerpo, mi mente y mi corazón. Mis decisiones son estratégicas y proactivas, sin dejar espacio para que las distracciones o la duda interfieran con mi propósito.
Amo a través del servicio. Sirvo a través de los pensamientos que elijo tener y aquellos en los que me concentro; las palabras que digo y el lenguaje que uso; las acciones que realizo y su fisiología; y los hábitos que formo y practico a diario.
Seré el regalo y el ejemplo para las personas que más amo en este mundo. Puedo ayudar a las personas y al mundo cada día a través de mi trabajo y mi ser.
Mido mi vida por el amor que doy y recibo de los demás, porque las personas con las que hago cosas y para quienes las hago son las que me brindarán la mayor plenitud en la vida.
Vivo en un estado perpetuo de abundancia, sabiendo que hay una provisión infinita que puedo acceder mediante la fe, el propósito y las acciones correctas. El miedo y la escasez no tienen cabida en mi vida.
Amo abiertamente cada momento de mi vida, con propósito y en sintonía con lo que más me importa, porque siempre despliego una enorme gratitud en cada situación.
Celebro cada resultado, ya sea grande o pequeño, como una lección y una victoria, reconociéndome por el progreso que logro, para así fortalecerlo.
Libero la necesidad de control y actúo con una fe intrépida—a través de mis pensamientos, palabras y acciones—siempre creyendo en mi visión, mis capacidades, mis ideas y mi habilidad para resolver las cosas, sabiendo que mientras pueda seguir avanzando, nunca podré fallar.
Elijo mejorar las cosas viéndolas como son, nunca peores, y luego trabajando para convertirlas en lo que es posible.
Mi vida entera es mi legado y mi mensaje, y la usaré para impactar al mundo y a las próximas generaciones y dejar este planeta mejor que como lo encontré.
Todo lo que hago, lo hago para crear cosas nuevas, para predicar con el ejemplo, para sanar a través del amor y la compasión, y para administrar lo que ya existe y así pueda crecer, porque la esencia de la vida reside en el crecimiento y la contribución.
Es la búsqueda de estos ideales lo que me llena de propósito y significado, y siempre me sentiré realizado mientras pueda seguirlos.
Soy un creador y un líder. Soy un administrador y un sanador. Soy un maestro y un estudiante de por vida. Pero, sobre todo,
soy un regalo.
Mi nombre es _______________________, y soy un artista 360°.